martes, 9 de marzo de 2010

Princesas


(A las mujeres de la vida)

Hace un día gris y frío, de invierno.

Su esquina, la esta esperando.

Nació en buena cuna.

Mujer preciosa donde las haya.

Simpática y bien parada.

Su esquina, que no la toquen,

es su reino, su dominio, su prisión.

Hacen cola los muchachos,

bien hoy trabajo.

A lo lejos viene un coche, negro.

En su interior, hombre sin rostro, un cobarde,

su carcelero, su príncipe, de las tinieblas.

Le cambio la cara, se le estremece el alma.

Duelo de palabras, para que el siempre gana.

Yo no estoy aquí, es solo mi cuerpo, mi dolor.

Yo vivo en mi mundo, no en este, ya perdí.

Creo en el amor, no se si en el sexo,

no se lo que es, no lo entiendo.

Una vez ame y perdí, el amor y mi cuerpo.

El príncipe se convirtió en lobo,

caperucita es mi juego.

La casita de la abuelita, su infierno.

Yo no vivo aquí, es solo mi cuerpo,

Ahora solo quiero caminar, pensar en mi cielo.

Donde seré princesa,

Sin vender mi cuerpo.

Firmado: oswen

2 comentarios:

! EMBRUJO ! dijo...

ohhhhhh amigo oswuen que valor tienen tus historias ocon poesia, era el lobo y caperucita es su juego que imaginacion tienes me encantó verdad que las mujeres muchas encuentran a un lobo en vez de un principe besitosss

antoniolopezmolina.blogspot.com dijo...

Querida amiga Embrujo, a ellas les dedico este poema y a ellos los califico con perdón del lobo de carroñeros, pero bueno amiga nosotros poco podemos hacer.
Te mando un fuerte abrazo, Antonio.

Para ti, lector/a

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