martes, 20 de julio de 2010

Caballero de la luz


Año 1119 En esa época yo era un caballero,
 un hombre que luchaba y servía a dios,
 un cruzado, un poeta que cambio la pluma y el lienzo, por espada y armadura. 
 Hijo de nobles de Aragón y posible mente un soñador.
 Leía y creía en la palabra de cristo hasta lo más profundo.
 Luche en las primeras cruzadas e incluso sobreviví a sangrientas batallas,
 en nombre de dios.
 Cansado de tanta lucha, y con un enfermizo arrepentimiento,
 de la sangre derramada,
 me marche a recorrer el mundo,
 en busca de silenciar todos aquellos gritos,
 que mi mente no dejaba de repetirme,
 en las noches frías de invierno,
 y en las calurosas del verano,
 se hacía insoportable,
 no importaba nada, solo quería marchame.

 Un día,
 no recuerdo bien si era temprano o tarde,
 agarre unas ropas sencillas,
 y me marche hacía ninguna parte en concreto,
 solo quería salir, me estaba consumiendo.

 Ahora recuerdo,
  era temprano,
 pues decidí marcharme en dirección al sol
 y apenas estaba saliendo.

 Después de varios días,
 quizás semanas o meses,
llegue a un pequeño puerto, 
donde había un viejo marinero
 fumado en su vieja pipa,
 y tomando un poco de una bebida con un olor extraño.

 Le salude y me pregunto si era un peregrino,
 le conteste,
 después de unos segundos que si, 
y me invito a tomar un trago de esa bebida extraña con el.

 Yo le pregunte si zarparía pronto,
 mientras le daba un sorbo a aquella bebida,
  me sorprendió el sabor a madera,
 y a la vez fuerte y deliciosa.
 Me contesto que ya no quería seguir navegando,
 mientras fumaba, y le pregunte por que.

 Después de un silencio compartido,
 pues nos callemos los dos, me contesto.
 Yo soy Francés aunque hablo perfecta mente tu lengua.
 
Fui caballero,
 y hace algunos años, recorro los mares del mundo buscando la paz interior.

 No puedo creerlo le contesto,
 yo no soy peregrino,
 también soy caballero,
 y como tu busco la calma y la paz.
 Los dos nos echamos a reír, y el me dijo;
 Después de tantos años, más de 15,
 hoy que decido retirarme apareces tú.
 Tenía pensado un viaje,
 quizás el ultimo,
 pero me sentía cansado,
 y la compañía que me salía no era la adecuada,
 pues lo que yo quería es alguien como yo, 
quizás era una locura,
 pero llegas tú y cambia todo.
 ¿Cómo te llamas caballero Español?
 Yo me llamo Constantino, y tú.

 Yo me llamo Hugo.

Bueno amigo Hugo,
 cuenta ese viaje que querías hacer,
 y no encontrabas compañero.

Te cuento amigo Constantino,
 yo querría ir a tierra santa,
 si estas de acuerdo,
 partimos cuando quieras ,
pues la bodega esta llena de todo lo que necesitamos.

¡Tierra santa!

 Por supuesto Hugo,
 partamos cuando quieras.

Hay empieza una aventura,
 que vivirían los dos templarios juntos.
 Fueron barios meses,
 de navegar y contarse historias los dos juntos,
 pues los dos eran grandes hombres,
 y creyentes de la palabra de dios,
 que cansados de tanta lucha ,
decidieron terminar sus días en tierra santa.

A la llegada a Israel,
 vendieron el barco, y con lo que sacaron empezaron el viaje hasta Jerusalén.

Querido amigo Hugo,
 después de meses navegando solos y compartiendo agua, techo y comida,
 siento que somos hermanos.
Sí Constantino,
 yo pienso igual que tu,
 por eso vamos a hacer este viaje juntos hasta Jerusalén,
 ahí tengo unos amigos templarios,
 que quiero que conozcas.

!Bien Hugo, estoy contigo!

Llegando a Jerusalén,
 Hugo le comenta a Constantino, que debe confiar en el.
 Constantino le dice que esta bien,
 y que `puede confiar en el.
 Bueno Constantino,
 ahora que estamos aquí tranquilos,
 descansando junto al fuego,
 y después de lo vivido,
 reconozco que eres la persona que hace tanto tiempo busco,
 para que continué con mi cometido. 
Antes de que nos reunamos en Jerusalén,
 con los demás caballeros, tengo que pedirte un ultimo favor.

 ¡Pide lo que quieras, amigo Hugo!

 Primero tengo que contarte la historia para que lo entiendas.

 Hace mas de un milenio yo estuve aquí,
 conocí a el hombre más maravilloso, a la mujer más hermosa de todas.

 No entiendo Hugo, estoy sorprendido.
 Si amigo Constantino,
 yo estuve con Jesús y con María Magdalena.
 No te sorprendas amigo,
 yo era un caballero,
 llevo más de mil años siendo lo, 
pero un soldado de dios.
 El día que crucifica ron a Jesús,
 yo estaba regresando de Magdala,
 y no pude hacer nada. 

Cuando regrese,
 María no quería que nadie supiese de mi existencia,
 y me dijo que la acompañara al amanecer,
 para recoger el cuerpo de Jesús.
 Cuando llegamos,
 vimos que la gran piedra que tapaba la entrada,
 a la cueva donde estaba Jesús, 
la habían movido,
 y de repente vimos a Jesús.
 Estaba hermoso,
 nos trasmitía una paz increíble,
 y hablo con nosotros.
 Nos dijo que su trabajo estaba echo,
 y que el premio,
 del sufrimiento vivido en la tierra,
 era solo el paso, para encontrarse con su padre.

 ¡Hugo que hermoso, que honor ser tu amigo!

 No amigo Constantino, 
el honor es mío por haberte encontrado,
 pero continuo contando te.

 Entonces,
 Jesús le dijo a María,
 que a partir de ese día todo cambiaría,
 que por mucho que los hombres hablen,
 ella era una mujer muy especial,
 y que me nombraba su discípulo. 
Pero solo lo sabría ella y yo,
 por que mi legado era muy importante 
y tendría el deber de protegerla hasta su partida.

 Que hermoso Hugo,
 llevas más de un milenio dando vueltas por el mundo,
 has visto de todo,
 y pareces un simple marinero para los ojos de los demás,
 y eres la nobleza humana personificada.

 No amigo Constantino, 
llevo tantos años, o siglos buscando quien me tome el relevo,
 no solo me dijo unas palabras Jesús,
 junto con María, fuimos protegiendo durante años unas cartas que nos dio Jesús,
 unas cartas que hablan del hombre,
 y que hay que guardar hasta el final de los tiempos,
 Por desgracia se cumplen,
 y no deben ser reveladas,
 hasta el retorno de Jesús entre los hombres. 

 Yo ya me siento muy cansado,
 y creo haber encontrado mi discípulo.

 Amigo Hugo,
 será todo un honor cargar con tu pesada mochila. 

 Constantino,
 tengo que decirte,
 que no se cuantos años o siglos,
 puedes estar llevando esta carga,
 pues es muy difícil encontrar a alguien que te releve,
 como me paso a mi. 

 No importa Hugo,
 creo que es lo que yo buscaba,
 después de tantos años buscando la paz.

 Constantino,
 te explico el contenido de los escritos.
 Jesús nos dijo que aunque su trabajo estaba echo,
 el hombre seguiría caminos muy diferentes, 
que era imposible terminar con tanto dolor,
y además era necesario comprobar
 a lo largo de los años la evolución de su palabra.

 El me hablo de que por muchos discípulos de su legado que hubiese,
 y tenía toda la razón,
 se terminaría distorsionando todo,
 como pudiste comprobar en tu aventura en las cruzadas.
 Si te das cuenta,
 la palabra de Jesús es muy clara,
 lo que la gente,
 o las personas que construyen palacios y tremendos monumentos,
 lo que terminaron haciendo es una jerarquía,
 que nada tiene que ver con el legado primario. 

 Jesús nos dijo que en su nombre se cometerían terribles matanzas.
 Que se utilizarían diferentes religiones para seguir destruyendo al hombre,
 y que el lo único que quería,
 y sin saber los siglos que podría tardar en regresa,
 era que se guardasen sus palabras originales,
 para demostrar su tergiversación a lo largo de los siglos.

 Amigo Hugo,
 que carga más pesada llevas.

 Si Constantino,
 pero es necesario,
 pues cuando nuestro señor Jesús retorne, entre los hombres,
 tiene que haber alguien como nosotros para ofrecerle nuestro hombro,
 pues se volverá a empezar desde la más absoluta humildad. 

 No creas que yo e vivido lo más difícil,
 tu tendrás muchos siglos,
 para comprobar el sufrimiento del ser humano,
 y en lo que se convertirá la palabra de nuestro señor. 

 Nunca tienes que revelar tu identidad,
 debes vivir en la humildad,
 hasta que llegue tu discípulo,
 pues como comprobaste es muy largo el camino y muy pesada la carga.

 Que razón tienes Hugo,
 pues fueron todas esas cosas las que me hicieron cambiar, 
toda esa sangre derramada en nombre de ellos y no de el,
 la que me llevaron a tomar la decisión que yo veía correcta.

 Amigo Constantino,
 creo que debo decirte lo último. 
Aquí me quedo amigo,
 siento esa paz que el maestro me transmitió hace ya tanto tiempo,
 y sobre los caballeros que hay en Jerusalén,
 tengo que decirte que ellos tienen su propio cometido,
 y creo que sería mejor que no sepan de tu existencia,
 pues en estos años venideros habrá cambios que no nos conviene.

 Solo quería que me acompañases hasta mi lugar de descanso eterno, 
al lado de María.

 Claro que si amigo Hugo,
 descansa en mis brazos,
 yo seguiré tu camino y esperare mi descanso eterno, 
descansa Hugo.

 Gracias Constantino,
 que dios te proteja como lo hizo con migo.
 Descansa Hugo. descansa.

 En ese momento cerro los ojos Hugo,
 y empezó la nueva vida de Constantino.

 Cumpliendo con los deseos de Hugo,
 Constantino enterró a su amigo al lado de María,
 pues fue su último deseo,
 y emprendió su viaje por el mundo,
 con esa vieja mochila de Hugo cargada de tanta sabiduría.
 

Constantino se dio cuenta,
de que todas esas dudas que tubo,
 antes de emprender el viaje, y conocer a Hugo,
 estaban completa mente fundadas. 

 Visito Jerusalén,
 antes de empezar el largo viaje y comienza a escribir todo lo que veía, 
lo que más sorprendió a Constantino,
 era la paz interna que sintió con el último aliento de Hugo.
 Las primeras palabras escritas en su diario fueron para Jesús,
 señor, amigo y compañero,
 espero ser lo suficiente humilde para transmitir,
 como lo hizo con migo Hugo,
 el día que llegue mi turno.

 Jerusalén 1122.

 Firmado: oswen

lunes, 5 de julio de 2010

El sentir del alma

Escribo porque siento, 

porque siento lo que digo, 

porque digo lo que siento. 

 

 Si de hablar se trata,

 mis versos me respaldan 

pues cada uno de ellos, 

expresan mi pensar, 

el sentir de mi alma.

 

 ¡Amor!

 ¿Entiendes mi versar?

 

 Todos estos versos,

 son para ti, 

para que lo que mis labios,

 no pronuncien, 

lo leas en mis letras.

 

 Se que estoy distante,

 que mis problemas me disfrazan.

 Pero el amor que te tengo,

 en mis desvaríos me habla.

 Filosofeo en mi mente, 

navego por tu galaxia, 

y después de tantos años,

 sigo enamorado hasta el alma, 

de la mujer que a mi lado escampa,

 todas esas tormentas

 que la vida, nos manda. 

 

 ¡Entiendes mi versar!

 

 Son mis sentimientos,

 lo que dejo escrito. 

Los firmo con sangre.

 y los sello con mi amor.

 

 Firmado: oswen

 


Para ti, lector/a

Te dedico estas palabras, a ti. !Tu¡  Que has llegado hasta aquí, navegando por cientos de paginas, leyendo miles de letras y divagando en l...