Me llamaron
exquisito.
Pues explicaba,
que el simple roce de tus labios
con los míos
sería una sensación
inolvidable.
Me llamaron
torpe.
Pues cuando te veía
mis manos temblaban,
mi voz,
se entrecortaba.
Me llamaban
iluso.
Yo decía,
que algún día
te amaría.
Hoy...
No me hablan.
Pero yo,
hace mucho tiempo
que en el silencio de la noche
contemplo
lo hermosa que sigues
siendo.
Firmado. oswen
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