Vengo diciendo hace muchos años,
que en los bosques,
hay una vida muy intensa Neus.
Mientras todos duermen,
veo que tu sales al bosque,
vuelves tarde, quizás ya de madrugada.
¿Qué haces hasta tan tarde, Neus?
¿Con quien estas?
Salgo con los últimos rayos del sol.
Con los primeros de la luna, padre.
Me dirijo al interior del bosque,
donde hay un ser muy especial, mágico.
Un ser hermoso, repleto de paz y serenidad.
El me dice que me esta preparando,
que es mi maestro.
¿Quien es hija?
Es un árbol muy viejo,
quizás el más viejo del bosque.
Me habla del pasar de los años,
de los seres humanos,
de sus errores hacia el bosque.
De las criaturas que lo habitan y por miedo,
no se dejan ver.
¡Sigue hija, cuenta a este viejo anciano esas historias!
Cuando se oculta el sol,
empieza la vida de otros seres,
seres muy antiguos, sabios e inteligentes.
Cuentan las historia de cuando convivían todos en armonía,
pero el egoísmo del hombre, lo destruyo.
El me dice que espera la llegada de un anciano,
un hombre limpio de corazón,
un alma especial.
¿Quien es hija?
¡No se puede nombrar!
El solo tiene que darse cuenta de que esta listo,
de que la vida a la que se aferra, ya esta cumplida.
No debe tener miedo de partir,
pues su vida como el la conoce,
ya esta concluida.
Que hermoso hija,
que feliz me hacen tus historias.
No son historias padre,
es la propia vida,
la vida que yo veo
la que me enseñaste padre.
Son todas aquellas historias que me contabas al lado de la chimenea.
El viejo roble simple mente me las recuerda.
Todos los seres del bosque esperan tu llegada.
¡Mi llegada hija!
Si padre,
ya hace tiempo que no salgo,
estoy siempre a tu lado,
siento como la voz serena del roble me calma,
recibo visitas en casa,
cuando crees que salgo,
salimos juntos.
¡Yo pensé que eran sueños!
¡Que hermoso Neus, soñamos juntos!
No padre
solo es tu presente,
el pasado es a lo que te aferras,
se apaga cada día un poco
y así hasta que decidas que ya estas listo.
Yo seré quien te lleve hasta el roble,
quien te presente a las criaturas del bosque,
pues tu eres muy especial,
más de lo que yo ya sabía.
No hija
yo solo soy un viejo que esta terminando sus días,
un hombre que decidió seguir luchando por el bosque,
por la naturaleza.
En estos tiempos que vivimos,
tiempos de guerras y terribles reinados.
Tiempos de príncipes de corazones necios,
yo solo hija quise apartarte de todo eso,
entonces decidí que debíamos vivir es estos bosques,
apartados de toda esa mentira.
Por todo eso padre,
te ganaste tu lugar.
Por todo eso padre,
las criaturas te escuchaban cuando me contabas las historias,
tus batallas y tu retirada cuando falleció madre,
para poder criarme tú,
lejos de todo ese egoísmo,
yo se a todo lo que renunciaste.
No renuncie a nada,
pues la mujer más maravillosa del mundo,
por desgracia nos falto
pronto,
quizás demasiado pronto,
le hice una promesa antes de que partiera.
Dejaría todo para llevarte al bosque,
donde nos conocimos,
por eso vivimos aquí.
Construiría una humilde casa
y viviría en paz junto a ti.
Se que ya soy mayor,
que la vida se me acaba
y el miedo que tengo,
dejarte sola.
Yo no estoy sola padre,
pues aquí donde vivimos hay miles de seres, millones.
Seres muy especiales
y junto al roble hay alguien esperándote.
Alguien que me pidió que no te diga nada.
¡Hay hija me intrigas, estoy cada vez más cansado!
Y lo se padre,
dame la mano y cierra los ojos,
si hija, pues estoy cansado
y tus palabras
me calman mucho,
los cierro.
¡Hija veo el roble y una mujer a su lado!
¡No es posible oh oh es tu madre!
Si padre es mi madre
y este es tu cielo,
yo los dejo,
por ahora,
pero se que estarán hay
para mi llegada.
Ahora los dejo junto al roble y su nueva vida,
pues yo tengo que seguir conduciendo
almas como la tuya,
para que no se pierdan por el sendero.
Y que de nuevo el hombre
encuentre el camino del bien ,
de la paz y la armonía con la naturaleza.
Ese es mi trabajo,
pues tú fuiste quien encamino mi vida
y el roble simple mente
esperaba tu llegada,
para darme su bendición
y de esta manera partir por el mundo
regalando amor,
amor como el que tu te cansaste de entregar
y jamás pediste nada a
cambio,
simple mente lo regalabas.
Gracias hija mía,
eres la viva imagen e tu madre,
la mujer más hermosa,
la mujer que vuelvo a tener a mi lado
y jamás volveré a perder.
Acércate amormío,
deja reposar tu cabeza en mi hombro.
Demostraste ser todo un caballero,
noble y cariñoso con nuestra hija.
Le enseñaste el verdadero camino,
pues tu sabias de
donde procedía yo,
que yo era una criatura del bosque,
no era una mujer normal.
Te enamoraste de una mujer que era un elfo,
un ser inmortal
y nuestro dios premio tu
bondad
y ahora estamos los tres juntos,
pero ahora junto a mi gente,
en nuestro mundo.
Firmado: Oswen