viernes, 17 de agosto de 2012

Un año entre rejas


Hace un tiempo decidí que la escritura a mi forma de ver, me ayudaba personalmente a sentirme mejor conmigo mismo. No hablo de escritura profesional sino de escribir como te sientes, como verdaderamente piensas o quizás te gustaría pensar, y la vida -Tu vida- quizás no te lo permite.

Hace más de un año, presente un proyecto en un centro penitenciario de Barcelona y pasados unos mese me lo aprobaron. Desde entonces tengo el honor de tener un pequeño taller de poesía libre, en un módulo de mujeres dentro de un centro mixto. La verdad cada vez estoy más orgulloso de todas las componentes de ese taller por muchas razones que podría enumerar pero creo que no hace falta.

Al principio y si visitan nuestro blog (El Baúl de los Sentimientos) todos los escritos estaban relacionados con sus sentimientos más profundos, pero siempre sin salir del centro, me refiero a temas como el encierro, la violencia, el odio, la ira, etc...
Con el tiempo y después de muchas charlas, empezaron a aparecer esos sentimientos ocultos, esas ganas de transmitir la belleza y el amor que llevan dentro y que con una coraza, casi indestructible se habían construido al rededor de sus corazones.

Posiblemente abra personas que no entiendan lo que hago como voluntario de prisiones, tampoco busco su comprensión, solo quiero que entiendan que la vida puede dar un giro tan brusco que una persona sencilla y humilde se encuentre cumpliendo una condena física y otra más dura que sería mental. Esto lo he aprendido de una mujer maravillosa y de la cual creo que jamás en la vida olvidaré. Pero lo que les quiero contar o compartir con mis amigos/as internautas es que la belleza de las letras es inmensa y que no es necesario ser un escritor de renombre, ni famoso para decidir ayudar desde la máxima humildad a los demás.

Hace muy pocos días, Pilar una de las chicas del taller, me ha echo una entrevista para una revista que se publica hace más de dos décadas y que esta dirigida por una monja (Merçé) de la cual estoy muy orgulloso y me a enseñado valores muy importantes. Esta revista se llama Vivencias, y solo se puede encontrar en cárceles, hospitales Penitenciarios y centros Penitenciarios. Todo su contenido está escrito por personas privadas de libertad y el año pasado me dedicaron un monográfico con el trabajo de todas las chicas del Baúl.

Cuando lees este tipo de revista y su contenido, te das cuenta que hay una salida, quizás no física, pero hay una salida psicológica, que además creo que es muy importante cuando hablamos de personas con muchos años de condena pendiente, más la ya cumplida.

Todos se preguntan, si yo no veo lo que hicieron y el porqué están en esa situación.
¡Claro que soy consciente!
Pero no soy nadie para juzgar, solo quiero ver el ser humano interior, y dejar a un lado su delito que quizás sea en algunos casos y en eso si que hablo por experiencia, casi enfermizo e incuestionable. Pero vuelvo a lo de antes, para eso están los jueces y los centros Penitenciarios, nosotros lo único que buscamos es dar un poco de luz en un infierno a veces terrorifico, por el cual esas personas pasan diariamente, y no me refiero al centro en si, sino a sus mentes, a sus corazones. Porque no hay que olvidar que son seres humanos, que tienen madre, padre e hijos y como dijo José Cadalso (La naturaleza es la única que puede ser juez; pero su voz ¿Dónde suena?

Creo que podría seguir escribiendo mucho más, pero estoy un poco cansado y quiero dormir.
Más adelante continuare contándoles como va el taller y no dejen de visitar nuestro blog.
Muchas gracias queridos amigos/as, y disculpen que no les pase a leer, la verdad estoy tan liado que no tengo tiempo y no les olvido.
Un fuerte abrazo de corazón, Antonio (oswen)

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